22 de agosto de 2007

FIN DE UNA VIDA


  1. Pasaban pocos minutos de las 9:00 de la manana, el reloj hacia apenas, unos instantes que habia hecho sonar su alarma de hora completa. La estancia lucia desordenada, habían cosas amontonadas por doquier, recortes de periódicos sobre el piso, muebles fuera de su sitio, ropa sobre las sillas y platos con restos de comidas viejas sobre la mesa donde habia un viejo y desordenado florero con unas margaritas curtidas y descoloradas por el sol que se colaba por las rendijas de las persianas cerradas. Parecía que hacia semanas que no se ordenaba ni limpiaba la casa, de la lámpara colgaban algunas telas de arañas, vivo ejemplo del desorden que reinaba en el lugar. Se respiraba un aire pesado y cargado de soledad, del viejo radio se escuchaba una melodía mal entonada y a volumen muy bajo, apenas audible al oído humano. El permanecia sentado al frente de su máquina de escribir, daba los últimos retoque de su guion, debia darse rápido el tiempo se venia encima, cuando oye el timbre de la puerta, se detiene.... sabe quien toca y no tiene intencion de abrir, pero la insistencia lo hace levantarse de su asiento y rapido se dirige hasta la entrada, abre de un tirón extiende el brazo, sin mediar palabras, toma el sobre lacrado, que ya era habitual que le entregaran en los ultimos meses, no se detuvo a escuchar lo que decia el alguacil, era una necedad la de esos senores, decia. De un estrallon cerró la puerta de su casa y tiro en una canasta el sobre que le habian entregado sin abrir en la cual habia montones de esos sobres y todos lacrados , sin haber rasgado ni uno junto a viejos periodicos y revistas ya a medio deshojar.
  2. Se sento nuevamente a teclear su maquina de escribir, leia y releia lo que escribia a cada momento ... borraba y hacia cambios. Continuaba,.... daba forma a un libreto que tenia el tiempo contado para terminar, sonaba el telefono, daba un brinco en el asiento...-Maldito telefono!...refunfuñaba, pero el estridente sonido del aparato hacia que lo tomara, solo para que dejara de sonar, escuchaba y no contestaba hasta que al igual que la puerta, este recibia su acostumbrado estrallon, sin decir nada. En algunas ocaciones se le escucho decir, -Soy adulto y sé exactamente lo que estoy haciendo, -uds. no me pueden obligar a hacer algo que no quiero, ésta ha sido mi casa desde que vine al mundo y no es verdad que la voy a abandonar asi por asi,,,,, porque uds. lo dicen... pues no y ahi se oia el acostumbrado cierre brusco del teléfono, y continuaba con su tarea delante de la máquina de escribir.
  3. Avanzaban las horas,, se escuchaba el constante teclear de la vieja Remington, de un modelo atrasado, envejecida y de un material herroso y ennegresida, talvez por los anos de fabricada, imagino que por el aspecto ya debía ser esta una pieza de museo. Sonaba nuevamente el telefono, esta vez por las pocas palabras de respuesta que daba el escritor se podia adivinar que el del otro lado era el arzobispo metropolitano de la ciudad, y con todo el respeto que se merece la vestidura, don Esteban le contestaba... si señor entiendo... uds. tiene razón,, pero yo también tengo y qué han hecho con la mía?... Su Santidad pierda cuidado, no pasará nada!....respondía a lo que del otro lado le decia su interlocutor. Dejeme terminar este trabajo y luego ud. sabrá de mi,,, ok. ok... ya le buscaré. Gracias sr. Arsobispo!.... gracias Monsenor!,,, hasta luego,,,, muy amable de su parte, Gracias Sr. Su edad rondaba en los 60 años, Don Esteban Saldivar Sarmientos, escritor de profesión había desempeñado algunos cargos públicos durante su vida, de una retórica muy elogiada y una conducta intachable, reconocido mas de una vez por sus obras y condecorado con la orden de "Caballero de Honor", otorgado solo a personas de mucho renombre, residía de toda una vida en su hogar paterno, una vieja casona colonial que estaba siendo desalojada para tirarla abajo dar paso a la modernidad que mandan los tiempos. Todo el resto de habitantes de la zona se habían marchado porque se remodelaba la ciudad, el modernismo trae consigo cambios drásticos y muy dolorosos para algunos.
  4. El escritor habia sido un hombre muy reservado durante toda su vida. Núnca se caso ni se le conocio novia o compañera alguna, aunque sus obras se habian hecho famosas, con ella se habían enamorados muchos de los habitantes del país, romántico y de un estilo y una prosa sin igual, por el que habia sido reconocido innumerables de veces, y recibido muy buenas criticas de los cronistas de la epoca, jamas se dudo de su sexualidad, aunque nos detenemos a pensar un poco, siempre ha vivido solo sin novia no se le ha conocido relacion de ninguna clase, pero se entendía que sus amoríos eran conocidos atravéz de sus libros. Por la narrativas de sus novelas era un hombre muy romántico y eso no tenia discusion.
  5. El reloj colgado en la pared, ajeno a todo lo que pasaba a su alrededor, lejos de involucrarse en el drama del senor Saldivar, su dueño de hace mas de 20 años, Este lo había adquirido en una subasta en Londres, en uno de sus tantos viajes turísticos que habia realizado era indiferente, ahora el escritor solo estaba interesado en qué nombre ponerle a su reciente obra, ésta que tanto trabajo e interrupciones le habia costado para escribirla, pensaba qué mejor titulo le venia sin causar dramatismo ya que no era su intención, sabia que era su obra para la posteridad, por lo tanto debia llevar uno que fuera tan eterno como su vocación de escritor, a esta obra le correspondia transportar el nombre de su dueño por el resto de los años de historia de su ciudad que muy rápido se estaba transformando en Urbe, en una ciudad cosmópolitan, eso hacia que ya se comenzaran a oir el ruido de los diferentes aparatos de trabajo que se aproximaban al lugar donde continuaba la demolicion de las viejas casonas de aquella calle y que solo quedaba la del escritor por echar abajo y que por decision de un juez se habia acordado que para este dia a la 1;00 de la tarde se contnuaria con los trabajos iniciados desde meses atrás, ,,,, por fín!!!!!, se le escucho decir al escritor, lo encontré --- gritaba--...la llamaré .... EL FIN DE UNA VIDA.... asi se llamara esta obra, mientras en el reloj sonaba la alarma de hora completa, sus agujas marcaban la una de la tarde, era imposible seguir escuchando algo, todo se mezclaba con el estruendoso y ensordecedor ruido de las maquinarias empujando las paredes de la casona marcada con el numero 183 de la calle 13, antigua vivienda del famoso escritor Juan Esteban Salvivar Sarmientos. Dentro de la vivienda, el escritor se apresuró a meter el manojo de hojas de papel escritas a maquinas en un sobre preparado con anterioridad, fabricado con un material fuerte de carton y escribirle unas instrucciones en la parte frontal del mismo, EL FINAL DE UNA VIDA. Escrito por: Juan Esteban Saldivar Sarmientos. Terminado este trabajo se sentó en su sillón, se acomodó, echo su cabeza hacia atras y espero lo que ya sabia era su final, ,,,,.
  6. Años despues, en un acto conmemorativo, las autoridades municipales de la ciudad daban el nombre de "AVENIDA SALDIVAR SARMIENTOS" a una hermosa y moderna via de 8 carriles que cruzaba la ciudad de norte a sur, centro de una zona comercial de envergadura donde estaban situadas las marcas de diseñadores mas famosas de todo el mundo, con grandes edificaciones de frontales acristalados con letreros de neón que llamaban la atencion por sus numerosos colores que mostraban, a la ultima tecnologia de punta.

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